La meditación se ha disparado en popularidad en los últimos años, a partir de un interés marginal a una tendencia general defendido por los terapeutas, los científicos y las celebridades. Como parte de este cambio, las ideas falsas y los despidos han dado forma a la incipiente reconocimiento de la meditación como una ciencia. Hay, sin embargo, los que se opongan a este punto de vista. Como un científico y un meditador, siento el deber de responder.
Al hacerlo, debo reconocer en primer lugar la enorme cantidad de actividades que comúnmente se conoce como la meditación. Muchas de esas actividades no son en ningún sentido científico. Sin embargo, voy a argumentar que algunas prácticas de meditación, incluyendo el método que describo en “La Mente Iluminada” y otras prácticas dentro de la tradición Budista, no califican como ciencia. Limitaré mi discusión a esas prácticas.
Podemos definir a la ciencia como el estudio sistemático del mundo natural a través de la observación y el experimento, produciendo un cuerpo organizado de conocimientos sobre un tema en particular. La mente humana es sin duda un tema adecuado para el estudio científico, y un propósito de la meditación es la observación cuidadosa de la propia mente. Esta observación revela patrones consistentes que los meditadores compartir el uno con el otro y con los maestros que dirigen su práctica. Maestro de meditación pesar de estas observaciones, en contra de su propia experiencia y conocimientos transmitidos de generaciones anteriores de maestros de meditación, generando modelos de la mente. A lo largo de miles de años, los meditadores han probado, ajustado y revisado sus modelos de la mente a partir de nuevos conocimientos como las generaciones posteriores se desarrollaron nuevas técnicas de meditación. Así, a lo largo del tiempo, de un cuerpo organizado de conocimiento que ha acumulado la descripción de la naturaleza y el comportamiento de la mente en un muy buen nivel de resolución. Este es un sentido en el que ciertas formas de meditación calificar como ciencia.
Sin embargo, la meditación no es simplemente una observación pasiva, ni podía ser, ya que el acto de observación es una actividad de la mente. Más bien, el meditador se emplea intencionalmente la atención, la conciencia y otras facultades mentales en una variedad de maneras para entender mejor el comportamiento funcional de la mente. (El efecto de la observación de la cosa observada no es diferente de lo que ocurre en la física cuántica.) Precisamente, ¿cómo estas facultades mentales se utilizan en la investigación de la mente está sujeta a modificaciones que pueden aumentar o disminuir la eficacia de este esfuerzo. Así, la meditación también es tecnología.
En la historia de las prácticas de meditación calificados como de carácter científico, maestros de meditación han utilizado modelos de la mente generado por la meditación para modificar las técnicas de meditación para una mayor eficacia. Tales modificaciones pueden ser vistos como hipótesis, y su aplicación como experimentos. Cuando estas modificaciones son posteriormente conservados porque son efectivos, los resultados experimentales han pasado las pruebas de reproducibilidad y falsifiability requerido por el método científico. La imagen de la meditación, ya que la ciencia es completa. Las hipótesis generadas en respuesta a la observación y análisis se han probado, validado e incorporado en el cuerpo creciente de conocimientos. Tales prácticas de meditación son justificadamente se describe como una evolución de la ciencia, y el laboratorio en el que esta ciencia se lleva a cabo es la mente.